ACTORES Y PARADIGMAS
DEL DESARROLLO Y SU IMPACTO EN POLÍTICAS PÚBLICAS
“Desarrollo”,
se entiende solamente como aquellos cambios que no pueden ser forzados, sino
que surgen desde la propia iniciativa, desde dentro. En otros términos el
desarrollo es un proceso integral, socioeconómico, que implica la expansión
continua del potencial económico, el auto sostenimiento de esa expansión en el
mejoramiento total de la sociedad; en tal sentido, se conoce como proceso de
transformación de la sociedad al proceso de incrementos sucesivos en las
condiciones de vida de todas las personas o familia de un país o comunidad.
Para
Schumpeter el desarrollo económico es un proceso nuevo de producción, que
implica nuevas combinaciones de factores, que necesita financiamiento por
dinero creado, que no es función de las variables y funciones previas del
sistema económico, sino que supone un cambio discontinuo en la historia de la
economía real, y que tiende a concentrarse en algunos sectores del sistema
económico.
Existen cuatro
determinantes para lograr el desarrollo económico, tales como: los recursos humanos; por lo tanto es
elemental que la mano de obra esté íntegramente capacitado, ya que esto mejora
los índices de productividad; la disminución del analfabetismo, la mejora de la
salud y la disciplina, son indispensables para ello. Los recursos naturales; la tierra arable, el petróleo y el gas, los
bosques y el agua, y los recursos minerales. Un país debe ser consciente de sus
riquezas y explotarlos discriminadamente. El
capital; los trabajadores de países de renta alta, al tener mayor capital,
son más productivos. Los países que crecen rápidamente, invierten mayor
cantidad de recursos en bienes de capital. Hay muchas inversiones que son
estables y preparan el terreno para la prosperidad privada. Estas inversiones
son capital social fijo y consisten en grandes proyectos de obras públicas. La tecnología; se refiere a los cambios
en los procesos de producción o a nuevos productos que permiten obtener una
mayor y mejor producción con un menor número de factores.
El
crecimiento económico es una condición necesaria pero
no suficiente para el desarrollo de un país, que se refiere al logro
de objetivos socialmente deseables, como extensión de oportunidades de salud y
educación, que permitan a la población lograr salir de la pobreza y enrumbarse
a la prosperidad por sus propios medios y potencialidades de modo de reducir
sistemáticamente las desigualdades sociales y en la distribución del ingreso,
alcanzando la libertad económica y política en una seda de prosperidad
permanente sin conflictos sociales. (Jesús Castillo More)
En las
teorías de desarrollo económico a nivel de países la dimensión “espacio,
localización o áreas geográficas” no está incorporada en el análisis excepto
por la demarcación de países. Así, se asume implícitamente que las
características y el nivel o grado del proceso de desarrollo económico de las
áreas geográficas al interior de los países son similares (o idénticas) entre
sí. Este supuesto sin embargo, contrasta con la realidad en la cual las
características y los niveles de desarrollo de las áreas geográficas al
interior de los países son (y en algunos casos notablemente) diferentes. El
área de desarrollo económico local (DEL) contrasta con aquella a nivel de país
fundamentalmente en la consideración en el análisis de las características
singulares y del grado de desarrollo de las áreas geográficas al interior de
los países. De otro lado, el comportamiento, acciones e interacciones de los
agentes (económicos, políticos y sociales) tienen una mayor preponderancia en
el desarrollo económico local que en la literatura estándar de las teorías de
desarrollo a nivel de países.
Durante la
Gran Depresión de los años treinta, la teoría económica del momento no pudo
explicar las causas del grave derrumbe económico mundial ni tampoco brindar una
solución adecuada de políticas públicas para reactivar la producción y el
empleo. El economista británico John Maynard Keynes encabezó una revolución del
pensamiento económico que descalificó la idea entonces vigente de que el libre
mercado automáticamente generaría pleno empleo, es decir, que toda persona que
buscara trabajo lo obtendría en tanto y en cuanto los trabajadores
flexibilizaran sus demandas salariales (recuadro). El principal postulado de la
teoría de Keynes es que la demanda agregada —la sumatoria del gasto de los
hogares, las empresas y el gobierno— es el motor más importante de una
economía. Keynes sostenía asimismo que el libre mercado carece de mecanismos de
auto-equilibrio que lleven al pleno empleo. Los economistas keynesianos
justifican la intervención del Estado mediante políticas públicas orientadas a
lograr el pleno empleo y la estabilidad de precios.
Luego de la
Segunda Guerra Mundial la teoría de la modernización establece que las
sociedades modernas son más productivas, los niños están mejor educados, y los
necesitados reciben más beneficios. El análisis de Smelser afirma que las
sociedades modernas tienen el aspecto particular de la diferenciación
estructural particular, es decir, una definición clara de las funciones y
papeles políticos de las instituciones. Smelser argumenta que aunque la
diferenciación estructural ha aumentado la capacidad funcional de las
instituciones modernas, pero a la vez también ha creado un problema de
integración, y de coordinación de las actividades de diferentes nuevas
instituciones.
La
modernización es un proceso homogenizador, es este sentido sólo podemos decir
que la modernización genera tendencia hacia la convergencia entre sociedades,
por ejemplo, Levy (1967, p. 207) sostiene que: “a medida que pasa el tiempo,
ellos y nosotros nos pareceremos cada vez más los unos a los otros ya que los
patrones de modernización son tales que a medida que las sociedades se
modernicen más, se parecerán más las la una a la otra”.
La
modernización es un proceso progresivo que a largo plazo es no sólo inevitable
sino deseable, dentro de la perspectiva de la teoría de la modernización.
Coleman afirma que los sistemas políticos modernizados tienen una mayor
capacidad que los sistemas políticos tradicionales para tratar con funciones de
identidad nacional, legitimidad, penetración, participación y distribución. Por
último, la modernización es un proceso largo. Es un cambio basado más en la
evolución que en un salto revolucionario. Tardará generaciones e incluso siglos
para que culmine, y su impacto profundo sólo se sentirá a través del tiempo.
Todos éstos supuestos se derivan de la teoría evolucionaria fundamentalmente
desarrollada en Europa y Estados Unidos.
Otra teoría que intenta cambiar la visión económica
es la Teoría de la Dependencia, la cual surgió a finales
de la década de 1950 como resultado de las investigaciones de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para explicar el subdesarrollo
económico y social que experimentaban numerosos países. La Teoría de la
Dependencia es un conjunto de teorías y modelos que trata de explicar las
dificultades que encuentran algunos países para el desarrollo económico. Se
refiere a la marginación económica y tecnológica que sufren los países
subdesarrollados en relación con los industrializados.
El autor más representativo fue Raúl Prebish. Propuso el modelo económico denominado “centro-periferia”, que describe la relación entre la economía central y la periférica. Presenta a la primera como una economía autosuficiente y próspera, y a las economías periféricas como aisladas entre sí, débiles y poco competitivas. Reacciona frente a la idea de que el comercio internacional beneficia a todos los países participantes y propugna que sólo las economías centrales son las beneficiadas.
En las primeras décadas del siglo XX, América Latina aplicó una estrategia de desarrollo basada en el proteccionismo comercial y la sustitución de las importaciones. Los bancos centrales latinoamericanos se esforzaron en sobrevalorar sus propias monedas para abaratar sus importaciones de tecnología. La estrategia funcionó satisfactoriamente durante la década del 70, cuando se produjo un crecimiento generalizado del precio de las materias primas en los mercados internacionales, que influyó muy negativamente en las economías centrales.
Pero en la década del 80, la contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos de interés desembocaron en la crisis de la deuda externa, lo cual exigió profundas modificaciones en la estrategia de desarrollo.
El autor más representativo fue Raúl Prebish. Propuso el modelo económico denominado “centro-periferia”, que describe la relación entre la economía central y la periférica. Presenta a la primera como una economía autosuficiente y próspera, y a las economías periféricas como aisladas entre sí, débiles y poco competitivas. Reacciona frente a la idea de que el comercio internacional beneficia a todos los países participantes y propugna que sólo las economías centrales son las beneficiadas.
En las primeras décadas del siglo XX, América Latina aplicó una estrategia de desarrollo basada en el proteccionismo comercial y la sustitución de las importaciones. Los bancos centrales latinoamericanos se esforzaron en sobrevalorar sus propias monedas para abaratar sus importaciones de tecnología. La estrategia funcionó satisfactoriamente durante la década del 70, cuando se produjo un crecimiento generalizado del precio de las materias primas en los mercados internacionales, que influyó muy negativamente en las economías centrales.
Pero en la década del 80, la contracción de la demanda internacional y el aumento de los tipos de interés desembocaron en la crisis de la deuda externa, lo cual exigió profundas modificaciones en la estrategia de desarrollo.
El
inicio del liberalismo económico está en su lucha contra el sistema económico
político absolutista. También tuvieron
que luchar contra las teorías mercantilistas que defendían regulación de la
economía por el Estado. La libertad económica tiene su base en el conocimiento
de la realidad que sólo los empresarios y comerciantes tienen. El liberalismo
económico favoreció el proceso de industrialización, la creación de mercados
mundiales, la acumulación de capitales, el surgimiento de empresas gigantescas,
dimensiones todas que se reflejan en la segunda fase de la Revolución
Industrial; pero separó la ética de la economía y se despreocupó de los
problemas sociales de la industrialización. Se relata que “Cada individuo en particular pone todo su
cuidado en buscar el medio más oportuno de emplear con mayor ventaja el capital
de que puede disponer. Lo que desde luego se propone es su propio interés, no
el de la sociedad en común: pero estos mismos esfuerzos hacia su propia ventaja
le inclinan a preferir, sin premeditación suya, el empleo más útil a la
sociedad como tal (…). Todo sistema de preferencia extraordinaria o de
restricción, se debe mirar como proscrito, para que de su propio movimiento se
establezca el simple y obvio de la libertad labrantil, mercantil y
manufacturante. Todo hombre, con tal que no viole las leyes de la
justicia, debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le
parezca para buscar su modo de vivir y sus intereses; y que puedan salir sus
producciones a competir con las de cualquier otro individuo de la naturaleza
humana...“, dice Adam Smith…
El
mundo entero ha sufrido variaciones y cambios respecto a sus asuntos económicos
y es que a lo largo del tiempo han aparecido diversas teorías con la finalidad
de mejorar el presupuesto del Estado, la cual incita a la mejora de la
población en su conjunto. Lamentablemente diversas teorías han ido quedando en
desuso, ya que, nuevas ideas han ido apareciendo y surgiendo nuevos alcances.
AUTORES
-
Angulo Pérez Lilia Magaly
-
Casanova Ferreyra Patsy Kelly
-
Malafay Saavedra Sandra
-
Matamoros Romayna Cleyssi Hellen
-
Tello Lozano Sandro
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