KEYNESIANISMO
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Como keynesianimo se describe una política
económica estatal, la que conduce la demanda de
bienes y de servicios y, en caso de necesidad de la economía, la reactiva a
través de un incremento de los gastos públicos.
Un
aspecto central de la revolución keynesiana de los años 1930 fue reconocer
que en una economía de mercado una continua baja de
actividad puede llevar a la desocupación, esto es que la economía no
necesariamente debe tender al pleno empleo.
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Contexto histórico
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El deseo teórico de Keynes consistió en rebatir
las suposiciones de los clásicos y neoclásicos. Esto quiere decir, que los actores
económicos sólo ofrecen rendimiento y productividad para poder financiar su
demanda (teorema de Says) y a través de la “mano invisible” (Adam Smith) o
sea mediante el mecanismo de precios llegan siempre a igualarse la oferta y
la demanda. La desocupación puede en el mediano plazo no existir. La crisis
económica mundial (a partir de octubre de 1929) condujo esta manera de
reflexión al absurdo. En los años 1930 en Alemania más de 6 millones estuvieron
desocupados por mucho tiempo; en USA más de 12 millones. La crisis social y
económica desembocó en Alemania en la política desestabilizadora de los años
1930. En las elecciones llevadas a cabo en setiembre de 1930 la NSDAP (el
partido nacionalsocialista) alcanzó el 18% de los votos, y ya en julio de
1932, el 37%.
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Ideas fundamentales de la teoría keynesiana
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En el punto central del keynesianismo está la demanda.
Keynes tiene en su pensamiento los supuestos de la doctrina clásica y neoclásica. En su mira está la alta
inestabilidad de la demanda del conjunto de la economía. Para ingresos
crecientes descienden los gastos de consumo mientras gana significado el
ahorro. La gente trabaja así no exclusivamente para poder satisfacer sus
deseos de consumo actuales, sino también para crear ahorros y fortuna. El
ingreso producido por la totalidad de la economía de un país en un periodo,
por ejemplo un año, debería llegar a ser en su totalidad demanda efectiva y
todo el ahorro se debería reinvertir.
La dimensión de las inversiones en forma
predominante depende menos del tipo de interés (el precio del dinero) como
mucho más de las expectativas determinadas de réditos futuros. Con
respecto al futuro desarrollo de la economía hay que andar con cuidado,
manteniendo tanto los ahorristas como los empresarios distancia de las
inversiones. Un rol decisivo juegan las expectativas en la determinación de
la oferta de una economía nacional (global). Si los empresarios cuentan con
caídas de demanda, revisan sus planes de producción y de inversión
correspondientes hacia abajo. Los puestos de trabajo disminuirán. Keynes
logra explicar con su modelo los motivos teóricos de la crisis observada. Las
conclusiones más importantes permanecen: que la demanda efectiva tiene
mucha importancia en el conjunto de la economía, las expectativas negativas
pueden hacer que una economía en su conjunto permanezca no ocupada en su
totalidad y el efecto precios (especialmente el mecanismo de la tasa de
interés) no siempre está asociado con la estabilización.
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Implicaciones de la política económica
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De las reflexiones de Keynes se derivan
importantes conclusiones de política económica. Por las fallas del mecanismo
del tipo de interés la política monetaria tiene en tiempos de crisis sólo
modestas repercusiones sobre la demanda de la economía en su conjunto. Por
este límite el Estado debe, a través de la inversiones
públicas (política fiscal) estimular la demanda.
“Yo pienso por eso, que se demuestra que una
amplia estatización de las inversiones es el único medio para alcanzar una
aproximación al pleno empleo”. (Keynes, 1936: 318).
La teoría de la política fiscal anticíclica
significa que el déficit público (deficit spending) ocasionado
como consecuencia de las intervenciones en épocas de crisis es compensado por
el excedente producido en las fases de prosperidad. Después de la segunda
guerra mundial y basada en análisis keynesianos, en casi todos los países
industrializados no sólo se pretendió conducir los procesos económicos
políticamente, sino también anclarlo legalmente. Con el fin del modelo
fordista de crecimiento y el derrumbe del sistema de Bretton Woods comienza en los años 1970 y, bajo
el influjo de las teorías económicas neoliberales, el aumento de la presión
sobre la política económica keynesiana. Con el comienzo de la política de
altos intereses de USA, en el año 1979 la política keynesiana de conducción
global es puesta en serias dificultades.
BIOGRAFÍA
Ao. Univ. Prof. Dr. Andreas Novy
Departamento para el Desarrollo Urbano y Regional de la Universidad de
Economía de Viena
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